LA PLATA.- El gobernador Daniel Scioli se reunió ayer con un grupo de obispos bonaerenses de las regiones más castigadas por el narcotráfico para dialogar sobre la problemática, y recalcó que nadie puede resolver en soledad el flagelo de la droga.
La convocatoria de Scioli se produjo luego del crítico documento que difundió la Conferencia Episcopal Argentina la semana pasada, en el que la Iglesia mostró su preocupación por el avance del narcotráfico en el país y apuntó contra fuerzas de seguridad, funcionarios judiciales y la dirigencia política.
En la reunión, el gobernador dijo que tomó el documento del Episcopado como un aporte para tomar conciencia y no como una acusación, pensado para unir y no para dividir a los argentinos detrás de este gran problema y consideró al encuentro como una oportunidad de diálogo y reencuentro.
En su discurso Scioli remarcó que su gestión fortaleció el área de seguridad y subrayó la importancia de apuntar a la prevención del consumo de drogas, tras destacar la necesidad de enfocar en los programas de deportes, cultura y educación. "Solo no puede nadie. La solución va de la mano de acciones que ataquen las causas profundas, desde la salud, la educación, la cultura, el deporte y los valores familiares, y no de militarizar el debate", analizó.
Asistieron al encuentro los obispos de Avellaneda-Lanús, Rubén Frassia; de Merlo-Moreno, Fernando Maletti; de Quilmes, Carlos José Tissera; de San Isidro, Oscar Ojea; de Lomas de Zamora, Jorge Lugones y el presbítero de San Isidro Jorge Ignacio García Cuerva.
Monseñor Maletti dijo que tanto la droga como el narcotráfico son un flagelo. "En muchos barrios hay una cantidad de zapatillas colgadas, que indican la venta de drogas", remarcó.
"Debe haber una política de Estado en la que se tenga un piso para avanzar en este tema. Hay que analizar en profundidad las causas del consumo", consideró Maletti. (DyN - Télam)